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Cabrera: Mensaje de las piedras

00-2. Introducción

11.000 piedras grabadas: repisa con
                piedras grabadas en el Museo de las Piedras Grabadas en
                Ica
11.000 piedras grabadas: repisa con piedras grabadas en el Museo de las Piedras Grabadas en Ica

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Presentación de Michael Palomino (2012)


de: Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991; avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel. 231933 / 234363;


<INTRODUCCIÓN (p.19-25)

[Hallazgo de las piedras grabadas en 1961 en Ocucaje]

360 kilómetros al sur de la ciudad de Lima - capital del Perú -, en la provincia costeña de Ica, aparecieron en 1961 unas extrañas y misteriosas piedras grabadas semejantes a cantos rodados. Lo extraño y misterioso de las piedras radicaba en que sus figuras grabadas representaban animales, hombres y escenas de vida muy diferentes de lo que los estudios arqueológicos daban por sabido sobre la fauna y la vida de los hombres de las culturas clásicas del antiguo Perú.

Las piedras provenían de Ocucaje - apacible caserío situado a 40 kilómetros al sur de la ciudad de Ica -, en cuyas inmediaciones el subsuelo guarda innumerables tumbas de hombres que vivieron en la época de los incas y antes de ellas y reposan sobre la superficie restos petrificados de minúsculos y de gigantesco animales prehistóricos. Ocucaje se asienta en un inmenso desierto atravesado por cerros de rocas arcaicas, quizá las más arcaicas del planeta. Allí conviven, en la soledad del desértico paisaje, testimonios de un pasado reciente y testimonios del más remoto pasado. Y si no fuera por los pequeños sembrados que se levantan a uno y otro lado de un río - seco la mayor parte del año - que atraviesa el desierto, se diría que esta parte del planeta está muerta y que ahí se detuvo el tiempo.

[La tradición ilegal: campesinos de Ocucaje encuentran las piedras grabadas - y buscan en tumbas]

Las extrañas y misteriosas piedras habían sido (p.19) encontradas por campesinos de Ocucaje. Siendo Ocucaje la zona de donde se han desenterrado desde principio del presente siglo los más finos mantos y ceramios antiguos, los campesinos de Ocucaje vienen dedicándose, de generación en generación, a la práctica clandestina de buscar restos arqueológicos de valor. En las noches claras, armados de barretillas, embozados para no respirar los hedores de las tumbas, protegidos de amuletos para defenderse de imprevisibles maleficios y teniendo de testigo sólo al silencio, realizan la enigmática tarea de desenterrar al pasado. Sombras movedizas pueblan entonces por largas horas la superficie del desierto, de modo que si en aquellos momentos alguien asomara sin saber de lo que verdaderamente se trata, pensaría que los muertos han dejado su sueño milenario para incorporarse de sus tumbas y reiniciar un rito que había quedado interrumpido en un imprecisable instante del pasado.

[Los arqueólogos peruanos no aceptan ninguna piedra grabada - y manipulan al gobierno contra las piedras grabadas]

Las extrañas figuras grabadas en las piedras causaron estupor en los arqueólogos que las vieron: no se ajustaban a lo que se sabía sobre los antiguos hombres que habían poblado el territorio peruano y venían a derrumbar todo lo que se había construido respecto de ese pasado. La desconfianza y la duda sobre la autenticidad de las piedras fue su primera respuesta. Pero cuando en estas piedras y muchísimas más que fueron apareciendo se descubrieron figuras enigmáticas que hacían incomprensible el conjunto de las representaciones, los arqueólogos acabaron por no creer en la autenticidad de las piedras. Fieles a la idea de que los más antiguos pobladores del Perú remontaban su existencia a no más de 20 mil años atrás y que sólo hacía 3 mil años habían logrado alcanzar un avance cultural de cierta importancia, no podían detenerse a pensar en la hipótesis de que aquellas piedras pudieran ser los testimonios de hombres mucho más antiguos que los integrantes de las culturas clásicas del antiguo Perú, es decir, mucho más antiguos que los incas y preincas.

[Los hermanos Soldi piden la investigación de las piedras grabadas - el gobierno loco en Lima ignora todo]

La incredulidad de los arqueólogos pasó a contaminar el espíritu de las autoridades culturales del país. Las piedras grabadas de Ica, que seguían apareciendo y estaban (p.22) pasando a formar parte de colecciones particulares, no eran objeto de la mirada de los arqueólogos y de más especialistas. De modo que cuando los hermanos Carlos y Pablo Soldi - que habían coleccionado las primeras piedras aparecidas en Ocucaje - solicitaron repetidas veces que sus ejemplares fueran objeto de estudio, los entendidos en la materia decidieron ignorar la insistente petición.

[1966: excavaciones [privadas?] en Ocucaje con el arquitecto Santiago Agurto Calvo - pruebas que piedras grabadas son de antes de la edad de los Incas]

En 1966, el arquitecto Santiago Agurto Calvo practicó excavaciones en tumbas de Ocucaje con el propósito de comprobar si las piedras grabadas - de las que tenía una apreciable colección adquirida años atrás - provenían de ellas. Agurto Calvo logró encontrar algunos ejemplares, lo que lo condujo a afirmar que las piedras habían sido grabadas por hombres preincas. Era la primera vez que se llegaba a tener conocimiento del lugar exacto donde habían sido encontradas algunos ejemplares. Esto, que se ajusta a las exigencias de la Arqueología, no fue sin embargo suficiente para interesar a los arqueólogos en el estudio de las piedras.

[1967: Cabreras inicia a conocer las piedras grabadas]

A seis años de los primeros hallazgos de piedras grabadas, y sin saber de aquellos empeños de los hermanos Soldi y del hallazgo del arquitecto Santiago Agurto Calvo, llegué a conocer algunos cientos de ejemplares. Mis investigaciones en el campo de la Biología, paralelas a mi labor docente en las Universidades Nacional "San Luis Gonzaga" de Ica, me permitieron identificar en la extraña fauna grabada en las piedras ciertos animales que según la paleontología había existido en la prehistoria. Por deducción elemental me di cuenta que las piedras grabadas de Ica revelaban la coexistencia del hombre con aquellos animales prehistóricos, lo que situaba al hombre a millones de años atrás, época en que habían existido esos animales.

Como yo no ignoraba que la ciencia tiene por inconmovible la idea de que el hombre como ser inteligente y reflexivo apareció - luego de un lento y largo proceso de cerebralización de los primates - hace sólo 250 mil años, llegué a la conclusión de que las piedras grabadas de Ica desarticulaban no sólo el esquema sobre la antigüedad del hombre peruano sino también sobre la aparición del hombre sobre la Tierra. Esto me obligó a convertirme en un coleccionista de piedras grabadas con el propósito de estudiarlas (p.23) y averiguar su validez científica.

[Cabreras descifrando las piedras grabadas - son testimonios de millones de años]

Posteriormente, ahondando los estudios, advertí que ciertas figuras aparentemente enigmáticas que en algunos casos daban la impresión de ser adornos, eran símbolos que respondían a un sistema de expresión. Con ello las piedras grabadas de Ica revelan no precisamente ser testimonios de un arte lítico, sino testimonios de hechos humanos. Luego de casi diez años de paciente y sistemático estudio de más de once mil ejemplares que integra la colección de mi Museo, he logrado descifrar y disponer de valiosas informaciones, que por ser tan variadas y abundantes no caben todas en un libro. Estas informaciones nada tienen que ver con las culturas inca y preincas, culturas del reciente pasado peruano. Son pruebas, por el contrario, de que las piedras proceden sólo excepcionalmente y en un número muy reducido de tumbas de esas culturas y dan cuenta de que el hombre existe en la Tierra desde hace millones de años.

[Fueron más avanzadas con la técnica - las figuras se repiten en todo el mundo]

Refieren de la existencia de una humanidad que tuvo como finalidad el desarrollo de la capacidad reflexiva para incrementar y conservar el conocimiento y que gracias a esta finalidad llegó a alcanzar una ciencia y una tecnología mucho más avanzada que las de la humanidad actual. Las huellas de esa humanidad pueden ser perfectamente reconocibles en objetos de diversos materiales no precisamente pétreos y que se encuentran desperdigados en muchos lugares del mundo, porque las figuras y símbolos que contienen responden al mismo sistema expresivo que se empleó para grabar las piedras de Ica.

Estas huellas de ámbito universal revelan que aquella humanidad estuvo establecida por todo el orbe. Pero como lo que usó preferentemente para dejar sus informaciones fue aquel material casi eterno como es la piedra, he decidido denominar gliptolito a la piedra grabada y a aquella humanidad, humanidad gliptolítica.

Las informaciones grabadas en las piedras de Ica constituyen invalorables mensajes dejados por aquella humanidad a los hombres del futuro. Por un hecho extraño y muy difícil de explicar han sido descifrados en la actual humanidad. Y como sus mensajes obedecen al propósito de revelarle al hombre que él es capaz de logros intelectuales imprevisibles si asume como finalidad de su existencia la que tuvo (p.24) aquella humanidad, considero que las Piedras Grabadas de Ica son el legado más grandioso que ha recibido toda nuestra actual humanidad.

[11.000 mil piedras grabadas esperan para ser más investigados]

La convicción que de ello tengo ha hecho posible que las once mil piedras que integran la colección de mi Museo estén siempre a disposición no sólo de estudiosos y científicos sino también de aquellos que sientan el deseo de conocerlas. De modo que cuando se me ha solicitado permiso para fotografiarlas y publicar opiniones particulares sobre ellas o difundir algo sobre mis investigaciones, con gran complacencia he accedido a la petición. Las once mil piedras siguen, pues, esperando que otros estudiosos y científicos extranjeros y, especialmente, los estudiosos del pasado peruano las examinen y comprueben la verdad que ellas refieren.

Pienso que las Piedras Grabadas de Ica explican racionalmente mucho de lo que hasta el momento la humanidad actual tiene por enigmas y fabulaciones alrededor de la existencia pasada del hombre. Las realizaciones alcanzadas por los hombres de aquella remota Humanidad Gliptolítica están tan alejadas de las actuales posibilidades del hombre que, si no existieran los testimonios pétreos que las respaldan, las referencias que de ellas hago sistemáticamente en la presente obra correrían el riesgo de ser consideradas como producto de una mente de extraordinaria imaginación.

Ica, 20 de diciembre de 1975

Javier CABRERA DARQUEA> (p.25)

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