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Cabrera: Mensaje de las piedras

8. Concepción gliptolítica del universo, parte 2

8.4. UN COMETA QUE VINO DEL INFINITO - [cometa Kohoutek] - 8.5. UN ECLIPSE Y UN COMETA VISTOS POR DOS HUMANIDADES - 8.6. EL HOMBRE, MEDIDA DEL UNIVERSO

Fig. 113: el cometa Kohoutek
                  visto en Arequipa
Fig. 113: el cometa Kohoutek visto en Arequipa

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Presentación de Michael Palomino (2012)

Cochinada peruana que no pueden presentar libros:
p.300 faltan palabras
p.302 faltan palabras
p.312 faltan palabras
p.316 faltan palabras
p.327 falta una línea abajo
p.328 faltan palabras


de: Javier Cabrera Darquea: El mensaje de las piedras grabadas de Ica; edición privada, quinta edición 1991; avenida Bolívar 170, plaza de Armas, Ica, Perú. tel. 231933 / 234363;


8.4. UN COMETA QUE VINO DEL INFINITO - [cometa Kohoutek] (p.304-308)

El Gliptolito que estoy describiendo tiene en la cara en donde figura el Zodiaco, otras figuras simbólicas que representan asimismo cuerpos siderales. Se observa una figura que semeja niebla cósmica. Su forma responde a la nebulosa Cabeza de Caballo (43)

(43) Nebulosa: nube brumosa de gas y polvo fuera del sistema solar.

- 28 en Figs. 87D y 103 -.

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 103: nebulosa
                          cabeza de caballo
Fig. 103: nebulosa cabeza de caballo (p.305)

Cálculos astronómicos reciente demuestran que los días son más largas y a fin de año debe agregarse una segunda prolongación. Esto dicen los geólogos de la Universidad de Adelaide de Australia citada en "Sunday Times".

Se observa también un complejo simbólico formado por los siguientes elementos: una estrella de cinco puntas que representa al Sol (29 en Figs. 87D y 104); por detrás de la estrella una zona que la rodea (30 en Figs. 87D y 104);

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 104: eclipse
                          con el Sol, la Luna y un anillo luminoso
Fig. 104: eclipse con el Sol, la Luna y un anillo luminoso (p.306)

y finalmente otra zona que rodea la anterior y por lo tanto a la estrella (31 en Figs. 87D y 104).

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 104: eclipse
                          con el Sol, la Luna y un anillo luminoso
Fig. 104: eclipse con el Sol, la Luna y un anillo luminoso (p.306)

Este complejo simbólico revela superposición de cuerpos cósmicos, como en un eclipse.

Cercano al complejo simbólico anterior se aprecia una figura irregular que tiene líneas discontinuas. Por tales líneas deduzco que se trata del planeta Júpiter (32 en Figs. 87D y 105).

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 105: el
                          planeta Júpiter
Fig. 105: el planeta Júpiter (p.307)

Por encima de Júpiter aparece la figura de una pequeña estrella de siete puntas. La mayor cantidad de puntas con relación a las otras figuras de estrellas, sugiere un cuerpo sideral de gran luminosidad. Este rasgo y su proximidad a Júpiter, me conducen a identificarlo como el (p.304) planeta Venus (34 en Figs. 87D y 106).

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 106, el
                          planeta Venus
Fig. 106, el planeta Venus (p.307)


Muy cerca dela figura que he identificado como la constelación de Leo aparece una figura cometiforme (35 en Figs. 87D y 107), caracterizado por un cometa de larga cola y por el hecho de que ésta se halla unida a la constelación mencionada. Es el mismo cometa ya identificado en la Cara A de este Gliptolito y que ahora, por encontrarse unido a la constelación mencionada, deduzco que se halla en su fase de inicio.

Nótese la singularidad que tiene el cometa en su núcleo: rasgos que le dan fisonomía humana. Asimismo, nótese el hecho de que sobre la cola lleva inscritas tres semihojas, símbolo de un Hombre Reflexivo y Científico que posee un extraordinario incremento de energía cognoscitiva. Junto a la figura identificada como la constelación de Pléyades aparece nuevamente el mismo cometa (36 en Figs. 87D y 108).

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 107, 108 y
                          109, el cometa aberrante
Fig. 107, 108 y 109, el cometa aberrante

Un cometa de trayectoria aberrante: 35, fase de inicio, junto a la constelación de Leo; 37 [36?], fase cercana a la Tierra; 36 [37?], fase final: llegada a la constelación de Pléyades (p.309).

Muestra cuadrículas en su núcleo, símbolo de energía humana, , y su cola tiene (p.305) unas líneas que salen lateralmente, símbolo de desprendimiento de energía, pero en menor cuantía que en su fase cercana a la Tierra (37 en Figs. 87D y 109) [ver arriba].

Obsérvese que en esta fase el núcleo se encuentra unido por tres líneas a la figura estrellada que representa la constelación de Pléyades. Esto lo interpreto como el cometa concluye su recorrido en esta constelación.

De acuerdo con lo que se observa respecto del cometa, se tiene que iniciar su recorrido en la constelación de Leo, pasa luego muy cerca de la Tierra y termina su recorrido en la constelación de Pléyades.

Pero hay algo muy extraño en la trayectoria de este cometa: Obsérvese que al salir de Leo va en una dirección opuesta a la que tiene al pasar cerca de la Tierra y al llegar a Pléyades (compárese en la Fig. 87D) [ver arriba].

[Un "cometa aberrante"]

Estamos, pues, ante la presencia de un cometa de trayectoria aberrante, aquellos cometas considerados por la Astronomía como de retorno impredecible, verdaderos intrusos en nuestro sistema planetario. A diferencia de los cometas tributarios del sistema planetario solar, que tienen trayectoria elíptica y por lo tanto retornan y es perfectamente calculable el tiempo de su retorno, aquellos otros siguen una trayectoria parabólica y en casos excepcionales, hiperbólica - ambas llevan y traen al cometa del infinito - por lo que no puede asegurarse que habrán de retornar.

[Interpretación de la constelación en la piedra: eclipse - cometa aberrante - Leo y Pléyades]

La interpretación que acabo de hacer de los elementos simbólicos de esta cara del Gliptolito, conduce a realizar una investigación sobre el sentido que tienen en este Gliptolito tres fenómenos cósmicos graficados en ella: un eclipse; un cometa de trayectoria aberrante relacionado con las constelaciones Leo y Pléyades; y la figura simbólica de una cabeza humana dispuesta en forma dominante en el centro de estas representaciones cósmicas. Así podremos saber qué relación guardan estos fenómenos con las escenas representadas en las tres primeras caras que he descrito y en las que, como ha quedado dicho, un numeroso conjunto de hombres representados simbólicamente proyectan energía cognoscitiva al cosmos (p.308).


8.5. UN ECLIPSE Y UN COMETA VISTOS POR DOS HUMANIDADES (p.310-318)

Como he dicho al comienzo del presenta capítulo, este Gliptolito llegó a mi poder en noviembre de 1970.

Hasta noviembre de 1971 el estudio de su complejo conjunto de símbolos sólo me había permitido interpretar las escenas de las tres primeras caras (A, B y C): la presencia simbólica de un numeroso conjunto de Hombres Reflexivos y Científicos que proyectan energía cognoscitiva al cosmos; asimismo, identificar un zodiaco constituido por 13 constelaciones, semejante al Zodiaco Babilónico; y, también, aunque de manera imprecisa, darme cuenta de la presencia de planetas, estrellas, un eclipse, una nebulosa y lo que yo creí al principio un conjunto de tres cometas.

[Noviembre 1971: presentación en el congreso en Panamá]

En noviembre del mismo año fui invitado por el Colegio Internacional de Cirujanos al Cuarto Congreso del Hemisferio Occidental y al Congreso de la Sección de los EE.UU., congresos científicos que se realizaron paralelamente en la ciudad de Panamá y en los que, según he referido en el capítulo V, di a conocer mis estudios sobre los conocimientos que llegó a alcanzar la Humanidad Gliptolítica, especialmente en el campo de la Cirugía. Presenté, además, los resultados del estudio del mencionado Gliptolito, tal como se encontraban hasta entonces (Véase nota 37).

(37) Confróntese "Humanidad prehistórica". En: Program Fourth Western Hemisphere Congress and the Congress of the United States Section. International College of Surgeons. Panamá, 1971 (p.204)

[29-04-1973: visita de Robert Charrouz en Ica]

El 29 de Abril de 1973 fui visitado en mi museo por el escrito Francés Robert Charroux, estudioso y perseverante investigador de la prehistoria humana. interesado Robert Charrouz en hallar en las Piedras Grabadas de Ica posibles luces sobre el pasado de la humanidad, le expuse someramente mis estudios de algunas series de Gliptolito. Me solicitó permiso para fotografiar algunos ejemplares de mi colección, pues estaba preparando su último libro.

El libro fue publicado en octubre de 1974. En su primer capítulo, que dedica a las Piedras Grabadas de Ica y que ilustra con variedad de fotos de mis ejemplares, se refiere al Gliptolito materia del presente capítulo y del (p.310) cual muestra en fotos dos de sus caras: la cara superior, cara D, y una de las caras laterales, cara A (Véase nota 21).

[Julio 1973: la noticia del cometa Kohoutek entre Sirius y Régulus - nueva investigación de Cabreras]

En julio de 1973, meses después de la vista que había recibido de Robert Charroux en Ica, un cable proveniente de Europa y publicado en un diario de Lima daba a conocer que el cometa Kohoutek, recién descubierto por el astrónomo checoslovaco Loubus Kohoutek, había sido visto por primera vez entre las estrellas gigantes Sirius y Régulus (44).

(44) Suceso, suplemento del diario "Correo", Lima, Julio 1973

Hasta entonces yo sólo había observado en el Gliptolito aparentes representaciones aisladas de "cometas", "uno de los cuales" aparecía ligado a la constelación que ya había identificado como la de Leo. La información periodística me condujo entonces a analizar más detenidamente las figuras y símbolos del gliptolito y así pude advertir que lo que yo había creído tres cometas no eran sino uno solo, en tres fases de su trayectoria. La confusión en que yo había estado se había debido al hecho de que el cometa se ve en el gliptolito siguiendo trayectorias en sentido opuesto.Pensé entonces que si el anunciado cometa Kohoutek era el del Gliptolito, debía tratarse de un cometa de trayectoria aberrante. También advertí dentro de la constelación de Leo la presencia de dos estrellas de cuatro puntas (33 en Fig. 87D y 19 en Fig. 93).


Fig. 87D:
                            constelación de zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                            zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)
Fig. 93: la
                            constelación de Leo
Fig. 93: la constelación de Leo (p.298)


No obstante que la información del cable coincidía con la graficación que se observaba en el Gliptolito respecto de la proximidad del cometa a dos estrellas, la falta de más elementos de juicio no me permitió por el momento pensar que aquellas estrellas de la constelación de Leo fueran Sirius y Régulus.

[Espectáculo el 24 de diciembre 1973 - y el el mismo espectáculo hay en la piedra grabada]

El 2 de diciembre del mismo año, una nueva información periodística dio la noticia de que el 24 de diciembre de ese año se iba a ver un espectáculo sideral jamás observado por la humanidad: conjuntamente con un eclipse anular de sol, cuyo resplandor haría visibles, en las tinieblas (45),

(45) Siete Días; suplemento del diario "La Prensa", Lima, 2 de diciembre 1973

a los planetas Venus y Júpiter, se vería (p.311) [...] paso de un cometa, el cometa Kohoutek. La información periodística añadía que la coincidencia del eclipse con el [co]meta Kohoutek y los planetas Venus y Júpiter volvería a [re]petirse después de 100 millones de años.

Esta información tuvo para mi un carácter confirma[ti]vo de hechos que ya había observado en el Gliptolito: és[to] revelaba la existencia de un eclipse de sol de caracte[rí]sticas muy singulares y semejantes a las del eclipse de la información periodística: presencia junto al eclipse (29, 30 y 31 en Fig. 87D),

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

de un cometa (35 en Fig. 87D) [y] dos planetas (32 y 34 en Fig. 87D).

Sin embargo, el Gliptolito ofrecía, en relación con el [ec]lipse, otro cuerpo sideral al que no hacía mención la [in]formación periodística: un símbolo que semeja niebla cós[mi]ca y que, por su extraordinario parecido, ya había iden[tif]icado como la nebulosa Cabeza de Caballo (28 en Fig. [...]0).

Por otro lado, comprobé en el Gliptolito que los cuer[...]s cósmicos que hacían cortejo con el eclipse estaban [dis]puestos con el mismo eje: cometa, constelación de Ca[pri]cornio, eclipse, planeta Júpiter y nebulosa Cabeza de [cab]allo.

El mes señalado para la realización del eclipse coin[cid]ía con la constelación que en el Zodiaco Gliptolítico [cor]responde a ese mes. En efecto: el eclipse aparece gra[...]ado en el Gliptolito muy cerca de la constelación de Ca[pri]cornio, que en el Zodiaco Gliptolítico corresponde al [24] de diciembre, ya que a las doce constelaciones del Zo[dia]co actual añade una más, la de Pléyades.

Todo esto me dio la certeza de que el complejo con[...]to de símbolos representaba la observación hecha por los [...]bres Gliptolíticos de un fenómeno cósmico dado en el más [rem]oto pasado y que estaba a punto de repetirse el 24 [de] diciembre de 1973.

La coincidencia con lo informado por los periódicos [...]o se dislocaba, aparentemente, en dos elementos: la [pre]sencia en el Gliptolito, de la nebulosa Cabeza de Caba[llo] y la de una cabeza humana en el centro del cosmos.

Observando nuevamente la cabeza humana, advertí que [...] de las puntas de la medialuna que le cubre el cráneo (p.312) señalaba al cometa en su fase más alejada de la Tierra, aquella fase que lo liga a la constelación de leo y que, recuérdese, ha denominado fase de inicio (35 en Fig. 87D); y que la otra punta señalaba la constelación de Escorpión (22 en Fig. 87D).

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Esto me condujo a sospechar que había la intención de dejar establecidas mediciones temporales y espaciales con relación al cometa y con relación al eclipse Advertí entonces 280 cuadrículas en la medialuna y 84 en la mitad inferior del rostro de la cabeza human[a]. Como en el Zodiaco representado en el Gliptolito cada constelación corresponde a un mes de 28 días, la cifra de 280 en relación con el cometa sólo podía corresponder a 10 constelaciones o sea a un período de 10 meses. Observando el espacio que hay desde el cometa en su fase inicial (señalado por una de las puntas de la medialuna) hasta la fase en que el cometa se une a la constelación de Pléyades (fase final o llegada) me di cuenta que tal espacio abarca 10 constelaciones, lo  cual significa que la punta de la semiluna registraba el inicio del recorrido que debía hacer el cometa para llegar al cabo de 10 meses a la constelación de Pléyades.

Respecto de la relación de la otra punta de la semiluna con el eclipse, pensé que las 84 cuadrículas podían igualmente, por analogía, precisarme esta relación. Vi entonces que en el espacio comprendido entre la constelación de Escorpión (señalado por esta otra punta de la semiluna, 22 en Fig. 87D) y la constelación cercana al eclipse, constelación de Capricornio (24 en Fig. 87D), quedaban abarcadas tres constelaciones, es decir tres meses de 28 días, los que, por lo tanto, hacen un período de 84 días.

Y como la constelación de Capricornio - según sabemos por este Zodiaco - corresponde al mes de diciembre, encontraba así la forma como se había graficado el mes en que se produjo el eclipse observado por los Hombres Gliptolíticos.

Pero me di cuenta que la cabeza humana no sólo ofrecía 280 cuadrículas sobre la semiluna y 84 cuadrículas en la mitad inferior del rostro, sino algo más: cuatro rayas paralelas ne la región frontal. Líneas paralelas son el símbolo de vida vegetal. La vida vegetal significa energía (p.313) biológica en menor grado. Por asociación, deduje que esa idea de menor grado implicaba la idea de disminución.

Como las cuatro líneas se encontraban en la región frontal, y como esta región sugiere pensamiento, me di cuenta que la cantidad de líneas significaba la realización de una operación matemática con el signo de sustracción. Es decir: los Hombres Gliptolíticos habían dejado en la cantidad de estas líneas un elemento clave que podía precisar la fecha en que el eclipse había ocurrido. Esa fecha se hallaba restándole 4 unidades (las 4 rayas paralelas a que me acabo de referir) a los 28 días del mes señalado para el eclipse, mes de diciembre.

Fue así como encontré correspondencia entre la fecha (24 de diciembre) anunciada por los astrónomos - y recogida por los órganos periodísticos - y la fecha inscrita simbólicamente por los Hombres Gliptolíticos en esta Piedra Grabada de Ica.

Entre junio y diciembre de 1973, las informaciones periodísticas sobre el cometa Kohoutek se habían acrecentado creando una incitante expectativa en todo el mundo. En esos meses se dio la información de que algunos astrónomos opinaban que el Kohoutek tenía una trayectoria parabólica, es decir, trayectoria distinta de la que tienen los cometas que son tributarios de nuestro sistema solar - cuya trayectoria es elíptica - y que su retorno sería imposible porque la trayectoria parabólica lo hacía seguir camino al infinito. Se trataba, pues, de un intruso en el sistema planetario solar.

Habiéndome convencido de que en el Gliptolito había un sólo cometa representado en tres fases de su trayectoria y que éste no era otro que el Kohoutek descubierto en los primeros meses de 1973, llegué a la conclusión de que su contradictorio desplazamiento graficado en el Gliptolito confirmaba lo que habían dicho los astrónomos sobre el tipo de su trayectoria.

[Calculaciones cuando regresa el cometa]

No obstante lo que habían afirmado algunos astrónomos en el sentido de que el Kohoutek no volvería a nuestro sistema solar, porque seguía camino al infinito, otros astrónomos aventuraron cifras sobre el tiempo que transcurriría para su probable retorno: unos calcularon 10 000 años, otros 19.000 y hubo quienes establecieron un millón.

Hasta estos momentos yo había logrado identificar e interpretar (p.314) los elementos simbólicos graficados en el Gliptolito y tener la certeza de que el fenómeno sideral anunciado para el 24 de diciembre de 1973 ya se había producido, con las mismas características, en un remoto pasado, el de la Humanidad Gliptolítica. Había incluso logrado interpretar las cuadrículas de aquella cabeza humana que se observa en el centro de la Cara D del Gliptolito.

[Constelación en la piedra grabada dice que el Sol cubre la Luna - así los hombres Gliptolitos no fueron en la Tierra]

Sin embargo, la presencia misma de esa cabeza humana dominando el centro del cosmos constituía para mí un enigma. La clave que me condujo a develar el enigma me vino por la observación de un hecho insólito representado en el Gliptolito: los símbolos del eclipse revelan que quienes observaron la superposición de los cuerpos siderales que participan en el eclipse, no estaban la Tierra. En el Gliptolito se observa una estrella sobre una superficie rodeada de una zona a manera de halo. Como anteriormente he dicho, en la superposición de los cuerpos de este eclipse la estrella es el Sol, la superficie cubierta por esta estrella es la Luna y la zona que rodea a dicha superficie es el halo característico del eclipse anular (Fig.104). Esta superposición de imágenes, en que el Sol cubre a la Luna, sólo podía significar que el eclipse había sido observado desde el cosmos y no desde la Tierra.

Entonces, basándome en lo que ya sabía sobre la finalidad de la existencia dela Humanidad Gliptolítica - desarrollar la capacidad reflexiva para incrementar y conservar el conocimiento -, me di cuenta de que esa cabeza humana que domina la cara cósmica del Gliptolito representa simbólicamente la energía cognoscitiva proyectada desde la Tierra al cosmos por un numeroso conjunto de Hombres Reflexivos y Científicos representados simbólicamente en los tres hombres que aparecen en las caras laterales del Gliptolito. Por lo tanto, se trataba de una potentísima energía cognoscitiva proyectada al cosmos.

[La pregunta del propósito observando las estrellas]

¿Qué propósito habían tenido los Hombres Gliptolíticos al proyectar al cosmos tan considerable magnitud de energía cognoscitiva? El propósito lo hallé observando las características y las posiciones que adquiere el cometa graficado en el Gliptolito. Recuérdese que en su fase de (p.315) [...] el cometa aparece ligado a la constelación de Leo ([ver en] Fig. 87D), que su núcleo tiene características de [ros]tro humano y que su cola detenta tres semihojas, sím[bolo] de un Hombre Reflexivo y Científico que posee un ex[traor]dinario incremento de energía cognoscitiva. Recuér[dese] asimismo, que la figura de la constelación de Leo a [...]e está ligado el cometa en su fase de inicio, su [...] acumulación de energía (19 en Fig. 87D).

Fig. 87D: constelación de
                          zodiacos Piedra grabada, la constelación con los
                          zodiacos
Fig. 87D: constelación de zodiacos (p.293)

Todo es[to só]lo podía significar que la potente energía cognosci[...] proyectada observó el cosmos, conoció las caracterís[ticas] de la constelación de Leo y aprovechó parte de la [...] a concentrada en la constelación para formar un co[...] y traerlo a la Tierra. Esto, que pudiera parecer in[...]e, encuentra su explicación si se toma en cuenta que [...] Gliptolito informa que la energía proyectada no sólo [...]a suma de la que poseía un numeroso conjunto de Hom[...] Reflexivos y científicos, sino que además fue impul[...] por la energía proporcionada por un complejo sis[...] energético representado simbólicamente por pirámi[des].

[Lu]ego medité en otra característica que el cometa tie[...] el Gliptolito: en su fase cercana a la Tierra no [tiene] símbolo alguno que pueda indicar vida humana (Fig. [...]) pero al llegar a la constelación de Pléyades aparece [só]lo ligado a ésta sino que además ofrece en su nú[mero] un conjunto de cuadrículas, símbolo de vida humana [que] también lo tiene el núcleo de la estrella que repre[senta] a la constelación de Pléyades (Fig. 108).

Estos [...]os del cometa revelaban que, al pasar cerca de la [...], había recogido vida humana y la había llevado a [la c]onstelación de Pléyades. La vida humana sólo podía [res]ponder, en este caso, a los hombres que había veni[...] el cosmos - los auténticos Hombres Gliptolíticos - que [...] ante la inminencia del cataclismo que habría de [...]arse sobre la Tierra, habían decidido retornar a [...] planeta desconocido de donde habían llegado y que [perten]ece a la constelación de Pléyades. Pienso, sin em[...] - como he dicho en el capítulo VI - que también se [...] con ellos algunos Hombres Reflexivos y Científicos [...] unos otros de menor rango cognoscitivo (p.316).

[Los hombres Gliptolíticos observaron el cometa con su energía cognoscitiva]

La inmensa energía cognoscitiva proyectada viene a explicar no sólo que la observación del eclipse se haya hecho desde el cosmos sino también desde un punto del mismo situado detrás del Sol, lo que no podría lograrse si la observación de un eclipse semejante se efectuara desde la Tierra. Pero esta proyección de la energía cognoscitiva nos revela algo más: gracias a ella los Hombres Gliptolíticos observaron que la visibilidad del cometa coincidiría con la realización de ese eclipse en un determinado momento del año. Es decir:

Esa potente energía cognoscitiva hizo los cálculos que permitieron prever el momento en que, en aquel remoto pasado, el eclipse iba a ser visible desde la Tierra, y entonces, a partir de estos cálculos, la misma energía cognoscitiva otorgó al cometa la velocidad que era necesaria para que su momento de mayor visibilidad coincidiera con la realización del eclipse.

Resulta asombrosa la velocidad a que debió desplazarse este cometa en aquel remoto pasado, si se toma en cuenta que desde su punto de partida en la constelación de Leo, hasta su paso por la Tierra existe la desconcertante distancia de más de 600 millones de años Los cálculos permitieron también prever la posición en que se iban a encontrar los planetas Venus y Júpiter, la nebulosa Cabeza de Caballo y las constelaciones, en relación con el momento en que se produciría el eclipse.

No encuentro en el Gliptolito símbolo alguno que permita afirmar que los Hombres Gliptolíticos registraron el tiempo que transcurriría para que se repitiera el eclipse, la mayor visibilidad del cometa y la posición que tienen en el Gliptolito los demás elementos siderales. El hecho es que todo este complejo fenómeno sideral se repitió en la actual humanidad el 24 de diciembre de 1973, y hasta el momento no se tiene noticia de que se haya repetido antes; es más:

La Humanidad actual sabrá que el fenómeno se produjo por primera vez un 24 de diciembre en aquel remoto pasado de la Humanidad Gliptolítica, por la información contenida en esta piedra.

Los Hombres Gliptolíticos han dejado así testimonio (p.317) de uno de los resultados de aquella finalidad que presidió su existencia. Han dejado la prueba de que con el desarrollo de la capacidad reflexiva y el incremento del conocimiento, la energía cognoscitiva podía proyectarse fuera del cuerpo orgánico sin que éste muriera (p.318).


8.6. EL HOMBRE, MEDIDA DEL UNIVERSO (p.318-329)

[Comparar las constelaciones en la piedra grabada y en vivo en 1973 - ¡con notario!]

Viéndome, pues, ante la presencia de un mensaje dejado por los Hombres-Gliptolíticos respecto de un fenómeno sideral que se iba a repetir el 24 de diciembre de 1973, decidí confrontar la información contenida en el Gliptolito, con la que pudieran obtener los astrónomos del Observatorio de Meudon (París), una vez producido el fenómeno sideral. El propósito: comprobar si el fenómeno que estaba a punto de ocurrir sería el mismo que se hallaba graficado en la piedra.

Por carta notarial dirigida a Robert Charroux y fechada el 6 de diciembre de ese año formulé unas preguntas a fin de que las planteara al Observatorio de Meudon (46)

(46) Carta registrada en la notaría pública de Roque Moscoso, calle Lima 155, Ica, Perú

Charroux tenía fotos de las caras del Gliptolito, tomadas el día en que por primera vez visitó mi Museo, 29 de abril de 1973. Acompañé a mi carta fotos ampliadas de las caras del Gliptolito para orientar mis explicaciones.

Robert Charroux me contestó tiempo después que había hecho la consulta y que el Observatorio de Meudon había dicho que los asuntos planeados en las preguntas requerían de más observaciones de la trayectoria del cometa y que para eso era preciso que transcurrieran algunos meses después del 24 de diciembre.

Finalmente, por carta fechada el 15 de junio de 1974, Charroux me dio a conocer las respuestas dadas por el Observatorio. Ellas venían a confirmar la validez de las interpretaciones que yo había hecho respecto del mensaje grabado en el Gliptolito. Entonces, para obtener oficialmente (p.318) estas confirmaciones, decidí formular directamente al Observatorio las mismas preguntas. Envié una carta el 31 de Julio de 1974 y el Observatorio me contestó, por intermedio de Mme. B. Manning, en carta fechada el 20 de agosto de ese año.

[Preguntas a un observatorio "Meudon"]

A continuación reproduzco mis preguntas y las respuestas que recibí del Observatorio de Meudon (47).

(47) Como queda dicho, estas preguntas fueron reformuladas al Observatorio de Meudon, después de producido el eclipse; pero como igualmente queda dicho, no se debe perder de vista que ya las había formulado antes del eclipse, por intermedio de Robert Charroux. De allí que en la reformulación de las preguntas, esta vez hecha directamente al Observatorio, no pude evitar el uso del tiempo pasado para referirme a los hechos.

Primera pregunta: "¿El cometa Kohoutek es o no periódico? Si fuera periódico, ¿cuánto tiempo transcurriría para su retorno? ¿Qué clase de órbita tiene?".

El Observatorio de Meudon contestó: "El cometa Kohoutek no es periódico. La forma de su órbita es parabólica con tendencia a hacerse hiperbólica."

La respuesta significaba que la trayectoria del cometa era aberrante, y esto es lo que precisamente aparece en el Gliptolito.

Segunda Pregunta: "¿Es cierto que el eclipse ocurrido el 24 de diciembre de 1973 se volverá a repetir dentro de 100 millones de años?"

El Observatorio de Meudon respondió: "No hay persona alguna que pueda contestar afirmativamente a esta pregunta."

Por cierto que tanto la pregunta como la respuesta al referirse al eclipse incluían tácitamente los otros fenómenos o circunstancias en que se iba a producir dicho eclipse, o sea un eclipse singular caracterizado por las posiciones en que habrían de hallarse los planetas Venus y Júpiter y por la presencia del cometa. Se trataba, pues, de preguntar si el conjunto de todos los elementos de este fenómeno sideral se iba a repetir o no. Y esto no podía calcularse mientras no se conociera el tiempo en que retornaría el cometa, coas imposible porque un cometa de trayectoria parabólica con tendencia a hacerse hiperbólica sale del sistema solar para seguir un camino al infinito, como lo afirma la Astronomía.

Tercera pregunta: "Deseo saber los lugares en donde fue visible el eclipse anular de Sol del 24 de diciembre de 1973". Esta petición obedecía a mi propósito de verificar aquel fenómeno geológico de extraordinaria magnitud que afectó en un remoto pasado a nuestro planeta: el cataclismo. Recuérdese que en dos Gliptolitos ha quedado el testimonio de una situación precataclísmica y que la Geología, la tradición oral y la historia refieren que se produjo un cataclismo que ocasionó gigantescos movimientos tectónicos que cambió la faz de la Tierra.

Por otro lado, como el Gliptolito que contiene el fenómeno sideral a que me vengo refiriendo ha sido hallado en Ica - lo mismo que los demás ejemplares de mi colección -, es de suponer que el eclipse anular de Sol grabado en ella fue observado por los Hombres Gliptolíticos no sólo desde el cosmos sino también desde la zona que hoy es Ica. Si el Observatorio de Meudon contestaba que en el Perú el eclipse había sido visto como un eclipse anular, ello significaba que desde aquel remoto pasado en que fue grabado el Gliptolito el continente americano seguía teniendo la misma ubicación, es decir, no se había desplazado y, por consiguiente, no se había desencadenado el cataclismo.

Pero si contestaba que el eclipse había sido visto en el Perú como un eclipse parcial, ello significaba que el continente americano se había desplazado y que, por lo tanto, el cataclismo se había llegado a producir.

El Observatorio de Meudon me envió el nombre de los lugares donde el eclipse fue visto como anular y en esa relación no estaba el Perú. En efecto: el eclipse en el Perú fue parcial y no anular (Fig. 110).

Fig. 110: eclipse parcial el 24
                          de diciembre 1973
Fig. 110: eclipse parcial el 24 de diciembre 1973 (p.321)

Eclipse parcial de Sol del 24 de diciembre de 1973. Foto tomada en Ica, Perú (p.321).

Entre los lugares donde había sido visto como anular figura la ciudad de Bogotá (Colombia). Y en verdad, así había sido (Fig. 111).

Fig. 111: eclipse completa el 24
                          de diciembre 1973 en Bogotá
Fig. 111: eclipse completa el 24 de diciembre 1973 en Bogotá (p.321)

Eclipse anular de Sol del 24 de diciembre de 1973. Foto tomada en Bogotá, Colombia, y publicada en "La Prensa" en Lima, 25 de diciembre, 1973 (p.321).

Esto significaba que antes del cataclismo la parte central del Perú se encontraba más al norte del hemisferio.

Cuarta pregunta: "En el momento preciso del eclipse (p.320) del 24 de diciembre de 1973, ¿estuvo la nebulosa Cabeza de Caballo en el lado opuesto al Sol y los planetas Venus y Júpiter en un ángulo de 45 grados respecto de la posición del Sol?". Recuérdese que en la mención que he hecho a las informaciones periodísticas que me fueron permitiendo identificar en el Gliptolito algunos cuerpos siderales que aún yo había identificado, he dicho que no hubo referencia alguna a la nebulosa Cabeza de Caballo, que yo había logrado identificar: Es más:

Identificados todos los cuerpos siderales graficados en el Gliptolito, me di cuenta de que esta nebulosa Cabeza de Caballo está graficada en el lado opuesto al Sol y que Venus y Júpiter están en un ángulo de 45 grados respecto de la posición del  Sol. El Observatorio de Meudon contestó: "En lo que concierne a la posición de la nebulosa Cabeza de Caballo y de Venus y Júpiter, vuestras informaciones son exactas" (Fig. 112) (p.322).

Fig. 112: la constelación de
                          caballo, Sol y Venus
Fig. 112: la constelación de caballo, Sol y Venus (p.322)

En la cara donde el Gliptolito tiene graficada simbólicamente los elementos de la observación cósmica, obsérvese que la nebulosa Cabeza de Caballo (28) se encuentra en el lado opuesto al Sol (29), y los planetas Venus (34) y Júpiter (32) en un ángulo de 45 grados con respecto al Sol (p.322).


La realización de este complejo fenómeno sideral ocurrido el 24 de diciembre de 1973 coincide, pues, con el que ocurrió en la Humanidad Gliptolítica y del que sus hombres dejaron testimonio en esta piedra (Véase carta de respuesta del Observatorio de Meudon).

[Viajar en espacionaves con la velocidad luz]

He dicho que el propósito que tuvieron los Hombres Gliptolíticos para formar de la constelación de Leo aquel cometa, fue el de disponer de un medio que los llevara desde el planeta Tierra hacia un planeta desconocido en la constelación de Pléyades. He dicho también que los Hombres Gliptolíticos imprimieron al cometa una velocidad extraordinaria que hiciera posible que el cometa se desplazara a la Tierra desde la distancia de más de 600 millones [de] años  luz, a fin de que pudiera coincidir su cercanía a la Tierra con el eclipse cuya realización habían logrado calcular previamente.

Como los Hombres Gliptolíticos esperaron en la Tierra la llegada del cometa para que coincidiera con el mencionado eclipse, es obvio que la espera no correspondió a los 600 millones de años luz, ya que esto es incompatible con el tiempo que dura el ciclo vital del hombre y con la urgencia que ellos tenían de salir de la Tierra ante la inminencia del cataclismo. Cabe entonces entender que el cometa generado por la energía cognoscitiva recibió de ésta una velocidad que sobrepasó en una inimaginable magnitud la velocidad de la luz. Los hombres Gliptolíticos ingresaron así a una dimensión desconocida por el hombre actual.

Se sabe que la velocidad de la luz es de 300 mil kilómetros por segundo. Hasta ahora se considera imposible que el hombre pueda alcanzar esa velocidad porque su cuerpo orgánico no la resistiría. Pero este Gliptolito nos informa que la velocidad del cometa y el cometa mismo fueron generados por la energía cognoscitiva de los Hombres Gliptolíticos, que esa velocidad fue inmensamente superior a la de la luz y que aquellos hombres se fueron en este cometa. Estos hombres, que como cualquier ser biológico requerían de su masa orgánica para vivir, fueron seres que adaptaron la masa orgánica de su cuerpo a la energía cognoscitiva, como para poder soportar cualquier velocidad que  fuera generada por dicha energía. Algo (p.323) semejante a la resistencia que podría tener la masa orgánica de un individuo si fuera objeto de la recepción continua de un flujo eléctrico de elevadísima intensidad.

Cuando digo que se fueron en el cometa, me refieron a que usaron espacionaves que acoplaron al cometa. Se entiende que las espacionaves e instrumentos del caso tuvieron que ser adaptados para resistir la velocidad del cometa (es posible que en esto se hayan valido de un especialísimo material, aquel que describo en el capítulo IX, al referirme al material que cubría las espacionaves y las pistas de la Pampa de Nasca).

En algunas secciones de capítulos anteriores y sobre todo en el capítulo que trata de la situación precataclísmica que vivió la Tierra, me ha referido a la salida de los Hombres Gliptolíticos en su viaje de retorno a un lugar del cosmos. Con ello he mencionado la posibilidad de que los Hombres Gliptolíticos hayan llevado consigo a Hombres Reflexivos y Científicos y a algunos otros de menor rango cognoscitivo.

Es de suponer que los Hombres Gliptolíticos lograron también adaptar la masa orgánica de estos hombres a fin de que resistieran la increíble velocidad del cometa.

Y así como se afirma que si el hombre adquiriera la velocidad de la luz el tiempo se habrá detenido, así también se puede afirmar que con aquella velocidad, los Hombres Gliptolíticos salieron de la barrera del tiempo y entraron a aquella dimensión desconocida que antes he mencionado.

La observación del cosmos que realiza el hombre actual es deficiente porque éste se encuentra limitado por la barrera del tiempo. Esto no fue obstáculo en la Humanidad Gliptolítica. La energía cognoscitiva llevada a un elevadísimo nivel lo puso en situación privilegiada, aquella en que estaba libre del tiempo y por consiguiente del espacio. Por lo tanto, podía percibir los fenómenos cósmicos y planetarios de modo simultáneo. Lo que aparece en el Gliptolito es el testimonio de este extraordinario poder.

[El cometa Kohoutek - con una "trayectoria parabólica con tendencia a la hiperbólica"]

Fig. 113: el cometa Kohoutek
                          visto en Arequipa
Fig. 113: el cometa Kohoutek visto en Arequipa (p.328)

Cometa Kohoutek. Foto tomada desde Arequipa el 6 de diciembre de 1973 (p.328).

El cometa Kohoutek, que indudablemente es el cometa grabado en la piedra, ha sido considerado por los (p.325) astrónomos del Observatorio de Meudon como un cometa no periódico, esto es, un cometa que no puede retornar porque su trayectoria - parabólica con tendencia a la hiperbólica - lo lleva al infinito y, como se afirma, lo que va al infinito no regresa. Sin embargo, bien sabemos que en la fecha en que fue visto, el Kohoutek había retornado, después de haberse hecho presente en aquel remoto pasado de la Humanidad Gliptolítica (sin considerar las veces que tal vez haya retornado en este transcurso).

Los científicos actuales consideran que un cometa es periódico cuando su trayectoria es elíptica - trayectoria curva y cerrada, por lo que sus extremos se tocan -. Cometas de esta índole permiten cuantificar el tiempo en que habrán de retornar. Son cometas que se desplazan dentro de nuestro sistema solar, por efecto del campo gravitacional que actúa sobre ellos. También sostienen los científicos actuales que cuando la trayectoria de un cometa es parabólica o hiperbólica - trayectorias curvas y abiertas, cuyos extremos nunca se tocan porque van al infinito - el cometa no es periódico, o sea que no retorna.

Son cometas de trayectoria aberrante. Vienen de fuera de nuestro sistema solar y si su masa está impelida por una velocidad que contrarreste la atracción solar siguen su trayectoria, salen del campo gravitacional de nuestro sistema solar para ingresar al campo gravitacional de otro sistema. En caso contrario, son influidos por el campo gravitacional dentro del cual quedan atrapados o son atraídos por el Sol para diluirse en él.

Puede suceder que, luego de escapar a nuestro sistema solar y entrar a otro sistema, sean atraídos por el cuerpo celeste que ejerce de centro gravitacional del nuevo campo de ese otro sistema, cuerpo celeste que sería semejante a nuestro Sol; en este caso quedarían atrapados o se diluirían. De modo que cuando se dice que estos cometas no retornan porque se van al infinito, simplemente se da a entender que quedan atrapados en algún otro campo gravitacional desconocido.

Pero el cometa Kohoutek retornó el 24 de diciembre de 1973, a pesar de que los científicos han afirmado que es un cometa de trayectoria parabólica con tendencia a la hiperbólica. El contrasentido que esto supone no radica (p.326) en que los científicos se hayan equivocado en cuanto a la índole de su trayectoria, porque el mensaje grabado en la piedra revela que la trayectoria de este cometa es la señalada por los científicos. Pienso que la explicación sobre el retorno del Kohoutek se encuentra en un hecho aún no descubierto por la ciencia actual: no todos los cometas de trayectoria parabólica o hiperbólica son atrapados por el campo gravitacional correspondiente a otro sistema.

Algunos, obedeciendo a un fenómeno no detectado aún por la ciencia actual, atraviesan permanentemente los campos gravitatorios. Y basándome en que la trayectoria de cualquier cuerpo celeste no puede ir al infinito porque en cualquier caso - de acuerdo con Einstein - la trayectoria sería curva, estos cometas que van errando de sistema en sistema sin ser atrapados van al mismo tiempo describiendo la curvatura del caso hasta que llega un momento en que los extremos de la curvatura se tocan, lo que implica en consecuencia su retorno.

Lo único que puede hacer que cometas de este tipo no sean atrapados, es que son impelidos por una fuerza tal que les permite contrarrestar la fuerza de los sucesivos focos de atracción que encuentran en su camino. Los Hombres Gliptolíticos conocieron que en el Universo había, entre los cometas de trayectoria parabólica o hiperbólica, un tipo con las características de los que acabo de señalar. Dotaron entonces al Kohoutek de estas características. Y si a este cometa los científicos actuales le calcularon una velocidad de 120 mil kilómetros por hora - lo que bastó para que no fuera atraído por el Sol -, no significa una contradicción respecto de la velocidad que, según he dicho, le dieron los Hombres Gliptolíticos a este cometa cuando lo generaron de la constelación de Leo.

He dicho que esa velocidad debió de ser inmensamente superior a la de la luz. La contradicción se disipa si se considera que el Kohoutek está perdiendo velocidad, por efecto del inmenso tiempo transcurrido desde el momento en que nació, tiempo que a juzgar por el cálculo que he computado en páginas anteriores sobre el momento en que se grabó esta piedra, debe ser de mil setenticuatro [setenta y cuatro] millones cuatrocientos mil años.

Aquel 24 de diciembre de 1973 y en los días anterio [...] (p.327) posteriores más inmediatos a esta fecha, la ob[...]lón que se hizo del cometa Kohoutek desconcertó: la [...]rdinaria longitud de su cola - 48 millones de kilóm[etros] - había hecho creer que sería el cometa más bri[...] de todos cuantos se habían visto en el siglo, al ex[...] de que se afirmaba que formaría una gigantesca an[...] que cubriría la sexta parte del firmamento.

Pero el [Kohoute]k decepcionó: su brillo fue modesto y no pudo ser [...]ado a simple vista. Todo esto sólo se explica por lo [...]e deduce del Gliptolito: si en aquel remoto pasado [Koh]outek partió de la constelación de Leo, pasó por la [...], se fue hasta la constelación de Pléyades y desde [...] más de mil millones de años viaja solitario por el [...]so evitando ser atrapado por los campos gravitacio[...] por donde pasa, es de suponer que ha ido dejando [...] de su masa primitiva y con ello el resplandor que (p.328) tuvo, como aquel esplendor con que la Humanidad Gliptolítica iluminó a la Tierra en el más remoto pasado y que el gigantesco cataclismo se encargó de extinguir (Fig. 113) (p.329).

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