Leyendas del Perú 7: plantas y árboles
Árbol de la Selva: El Hechizo de la Lupuna
(Selva)
Selva del Perú.
de:
http://leyendas-peru.blogspot.pe/2012/10/el-hechizo-de-la-lupuna.html
En el pueblo escuchamos hablar de la Lupuna colorada y
queríamos conocerla, sabíamos que era un árbol
frecuentado por malvados hechiceros.
Entonces nos internamos en el bosque por una senda
oculta tapizada por hojarascas húmedas. Íbamos saltando
de tronco en tronco para no pisar las espinas de las
ñejillas. Sus finas espinas regadas por todas partes
retardaban nuestra penosa caminata.
Encontramos palmeras despojadas de sus hojas maduras y
árboles derramando su savia de llanto como mudos
testigos que mucha gente transitaban esta selva.
Serpientes asustadas se deslizaban al sentir nuestra
presencia, Iguanas verdes y camaleones que cambiaban de
color, nos miraban sorprendidos, pero sin atreverse a
dar un paso.
El calor sofocante y la humedad del bosque nos hacían
sudar a chorros. Y de pronto, debajo de la sombra del
cormiñón frondoso, un alivio intenso con el aire fresco.
Después de horas de andar, avistamos la sobresaliente
copa de la Lupuna colorada. Pero, no estaba tan cerca
como pensamos. Tuvimos que caminar unas horas más.
Finalmente, el gigante árbol colorado con su
característico tallo ventrudo estaba al frente de
nosotros. Vientre anormal en los árboles. Impresionante
barriga, presto a reventar con su savia si la abundancia
se lo permitiera. En la Lupuna colorada no había nadie,
ni vivos ni espíritus. Nos llamó la atención los cortes
perfectos de hábiles bisturíes en su grueso tallo. Al
parecer, alguien desollaba su corteza para extraerle
algún misterio.
Habíamos escuchado que en los ratos solitarios y de
sepulcral silencio, un brujo experto en atar y desatar
conjuros la visitaba a menudo. Dicen que espera que en
el bosque no haya visita alguna para que prepare, al pie
del árbol, su mate espeso con la soga de la borrachera.
Luego, toma un tazón con el brebaje amargo y comienza su
rito acompañado de cánticos nasales. Da vueltas sobre sí
siguiendo un círculo imaginario alrededor de la Lupuna.
Hace ademanes con la mano levantada implorando al árbol
que le dé favores. Y de rato en rato, lanza quejidos,
como si se tratara de algún animal herido, y llama la
atención, el silbido de serpiente que emite cuando entra
en trance.
Cuando el brujo está seguro que la Lupuna le dará el
favor, saca de su bolsa una prenda de la víctima, le
dobla con sumo cuidado, le escupe una flema verdosa, y
tambaleante se acerca al vientre del árbol, y blandiendo
su machete le da un corte perfecto que abre la dura
corteza, y en la entraña de la Lupuna esconde la ropa
del infortunado que desde ese momento comienza a tener
sus días ya contados.
Pronto, el hechizo surte su efecto, la víctima, hombre o
mujer sana, empieza a hincharse, especialmente el
vientre. Y creyendo haber subido de peso, nadie repara
en el mal, sino después, cuando ya no hay remedio para
el enfermo.
Regresamos impresionados después de conocer de cerca a
la Lupuna colorada, y en el camino nos encontramos con
don Shanti, un brujo conocido. Y después de haber estado
en el antro de la maldad, molesto le dije:
- Hola don Shanti, dicen que a cada rato te vas a la
Lupuna, ¿a qué pues te vas?
- Me voy a castigar el desamor, la infidelidad, el
engaño. Me estoy yendo a hacerle un trabajito a mi
sobrina. A la pobre, su novio le abandonó el día de su
boda. Eso yo no perdono. Para mí es una burla. Acá en la
tierra pagamos nuestros errores y yo les hago pagar a
los desgraciados.
Después de haber escuchado su disertación sobre el bien
y el mal, y antes que se moleste, nos despedimos del
vengativo brujo.